lunes, 9 de febrero de 2009

Reseña: Sobre el estándar y la norma.

LENGUA ESTÁNDAR

Se dice que la lengua estándar es la variedad de la lengua cuyo uso es mas formal. Unos identifican esta variedad con el lenguaje que se usa comúnmente cuando hablamos. Pero esta identificación presenta el problema de que cuando una persona habla, generalmente no respetamos las reglas sintácticas propias de la gramática de la lengua. Incluso si nos fijamos en la forma de hablar propia de personas cultas en los debates que podemos escuchar en televisión o radio, podemos observar que su forma de hablar es entrecortada, con frases a medias, interjecciones, anacolutos... Esto es propio de la lengua hablada pero no de la lengua estándar. Otros autores como Steger, asocia la lengua estándar con la lengua usada por los cultos o de los estratos superiores (caso de Jäger).
En España, algunos de nuestros tratados se refieren a la lengua estándar como: “variedad lingüística que sirve de vehículo comunicativo para cubrir todas las necesidades sociales e individuales de los miembros de una comunidad” , “variedad lingüística de una comunidad que no está marcada ni dialectal, ni sociolingüística ni estilísticamente”, “se llama lengua estándar, o lengua común, a la utilizada como modelo, por estar normalizada, de acuerdo con las normas prescritas, como correcta. Es la lengua que usan los medios de comunicación, los profesores, los profesionales, etc. La lengua estándar tiene variantes, que van desde la lengua coloquial, o lengua familiar, hasta la académica o solemne”.

LA NORMA

La norma determina que construcciones de la lengua son válidas y cuales no. Con las normas se consigue que las lenguas tengan una variedades estándar. Luego podemos afirmar que la variedad estándar de una lengua es aquella que está bajo sometimiento de las normas. Es curioso, el hecho de que los hablantes que tienen una lengua (en este caso es castellano) como segunda lengua sintetizan mejor estas normas y las usan de forma mas correcta no cayendo en los errores de vocabulario, gramaticales u ortográficos en los que si caemos nosotros, que tenemos el castellano como lengua madre. Errores como “haciera” en vez de “haga” por ejemplo. Estos errores se producen porque nosotros aprendemos la lengua como resultado de un aprendizaje no académico, mientras que en el otro caso, los hablantes aprenden el castellano de una forma académica desde el primer día. Es decir, aprenden primero las normas y después las aplican. Por el contrario nosotros acoplamos esas normas a nuestra lengua mucho después de haber aprendido a hablar.
La norma puede variar por criterios geográficos o de comunidades lingüísticas y es necesario conocerlas para poder convivir y comunicarse de forma mas eficaz en ese medio.

En conclusión, es necesaria la norma para poder acercarse al uso estándar de una lengua, pues es ella la que dicta que es lo que está bien dicho y lo que no en una comunidad de hablantes u otra. Aunque, como los autores del texto dicen, existen dificultades a la hora de acercar la norma a los hablantes del español debido a la inercia a la que estamos sometidos a la hora de expresarnos tal y como aprendimos.

Alexandre Davila.

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